viernes, 6 de febrero de 2015

Me puse a pensar

De cómo nos cuentan el mundo
                                                           
                                                                                                                                   por: The Garron

El 18 de febrero hay una marcha por Nisman. Se juntan los fiscales, gente de la oposición política (perdón pero la idea de “oposición” unificada me resulta tan incongruente como la idea de un “peronismo homogéneo”), periodistas y público en general que no quiere al gobierno y busca nuevos referentes. La búsqueda de un referente político por fuera del peronismo se volvió un acto casi irrealizable. ¿Eso nos hace buenos o malos? ¿Nos hace un país de mierda? No creo. El peronismo supo atomizarse, buscar y conseguir el poder: eso tampoco lo hace ser algo pulcro, ni transparente. Hay corrupción en el peronismo, en el radicalismo, en el PRO, en lo que haya inventado Massa, y en el socialismo. Hay corrupción entre los privados, hay corrupción (o cómo quieran llamarlo) entre el periodismo. A casi un mes de la muerte de Nisman, no creo que las cosas cambien, al menos no en el tiempo que piden los noticieros adictos a las noticias 24 hs al día, sean del palo que sean. Deberíamos, como seres habitantes de un país, tomar con calma las cosas. Saber que todos tienen intenciones en el tema (comerciales, ideológicas, narcisistas) y que “la verdad” no es más que una construcción de sentido. Ahora bien, un periodista, lógico, me diría: Escuchame, hermano, un tiro en la cabeza no es ninguna construcción; es un puto tiro. Y es verdad. De hecho, un muerto es un muerto y un hijo de puta que se lleva la guita de un comedor, dejando a los pibes sin mate cocido, es un hijo de puta. Pero, dudo en la categoría de hijo de puta que estemos armando. Porque los diarios son empresas, y los periodistas empresarios o laburantes que necesitan pagar el alquiler. En este mundo hay de todo. Especialmente, grande cambios ideológicos. Horacio Verbitsky ha denunciado durante años los esbirros de la dictadura en los gobiernos y la SIDE, pero ha titubeado con Milani (otra persona despreciable) y eso duele. Jorge Lanata (ídolo para los que crecimos en los 90s) se olvidó de aquellas batallas con Clarín, ideológicas e incluso económicas, para poder solucionar sus deudas en el Grupo que tanto lo atacó. Periodistas menos conocidos, van y vienen a cómo se acomoda la realidad. Pienso, entonces, si la realidad cambia tanto: ¿No deberíamos cambiar también? Sí. El que no cambia se acartona y queda como un dinosaurio. ¿Pero cambiar es opinar exactamente lo contrario años después? No lo sé. Todos hemos cambiado.
No soy periodista ni mucho menos. Pero como tengo internet y Twitter y Facebook, me dediqué a leer notas y opiniones en general. Están los que consideran que este gobierno es un asesino (la principal fundamentación es la falta de dólares) y los que piensan que lo mató Clarín. También están los medidos que piensan un rato una cosa y otro rato otra. Yo me hago estas preguntas: ¿Para qué lo mataría el gobierno? ¿No era más negocio boludearlo en el Congreso? ¿Crear una comisión que sólo se reúna cuando lo piden las cámaras? La causa no dice mucho. Hay millones de hs de escuchas, ilegales ya que el juez no las autorizó, que podrían tirar algún dato interesante: periodístico, no judicial. Como prueba no funcionan: al menos es lo que entiendo de todos los diarios que leí. Nisman era un fiscal despreciado por la justicia, ya que manejaba un presupuesto (64 millones) que muchos jueces sueñan con tener; ese presupuesto fue puesto a dedo por Nestor Kirchner, como el fiscal (aclaremos que era alguien pedido o querido por gran parte de la comunidad judía) a cargo de una causa parada por diversos actores: el Gobierno de Menen, la PFA, la SIDE. A Nestor K (es muy engorroso escribir el apellido tantas veces), la Embajada de EEUU, Israel, la Comunidad Judía Argentina, la SIDE, la PFA y otros tantos medios, les convenía que Irán sea el culpable; en realidad quizá lo fue, pero nunca vamos a estar seguros. Esto lleva a ocultar la pista Siria y la conexión local. Denunciada por muchos periodistas que hoy, se desgarran las vestiduras contra Irán (repito: capaz que fue, no lo sabemos). CFK que integró la comisión de la cusa AMIA (como sabemos la comisiones son complejas), no quería quedarse con la versión de su marido, entonces (sabemos cómo son las minas) hizo el Memorándum, que tampoco sirvió de mucho. Y si bien marcó la agenda, también hundió todo en un debate básico, alejado de la “justicia” que nos gustaría ver. Pero no contenta con ello, y preocupada por el avance de Massa (“ahora dicen que la SIDE no le avisó de la candidatura de este”) y armó su SIDE paralela. Con Milani a la cabeza y Pocino a la derecha. Esto hizo peligrar al histórico Sitiusso, amigo de todos los presidentes desde la dictadura para acá, jueces, fiscales, periodistas y casi, casi, de todos los argentinos. Siniestro. A Stiusso le mataron un agente: el Lauchón Viale, ligado a R. Martins, proxeneta y financista de campañas cercano al PRO (tiene foto con Mauricio). El grupo Halcón entra a la casa de Viale (parece que este gentil hombre los investigaba) sin dar voz de alto y le pegan siete tiros, luego de una feroz balacera. En varias notas, dicen que esto estuvo pergeñado por Hugo Matzkin, Jefe de la Bonaerense, cercano a Scioli y (“ahora dicen”) futuro jefe de la SIDE-SI-AFI. Stiusso, entendió el mensaje y… (Quizá) habló con Nisman, que ya a esta altura, era carne y uña con el agente. Algunas personas ligadas al fallecido fiscal dicen que lo consideraba un James Bond (sic). En fin. Si estuviéramos tomando birra en la plaza lo diría así: le tiraron el muerto.
Bueno, ya estoy mareado. Quién tiene la culpa: todos. ¿Se mato o lo mataron? ¿Importa? Dudo que lo sepamos. Cómo dudo que sepamos quién voló la AMIA y la Embajada. Nadie quiere saberlo. El gobierno quiere terminar el año aún con poder. La oposición, construir el propio, los diputados figurar, los grandes medios volver a marcar la agenda (negocio) y la mayoría de los periodistas ganarse un mango extra para poder irse de vacaciones a un lugar lindo o cambiar el auto.
Nisman era amigo de lo más siniestro de la inteligencia argentina, manejaba el auto a nombre de un ex CIA, no era querido por sus pares, fue puesto a dedo para embarrar la cancha y seguía, obediente como un alumno nerd, las indicaciones de la embajada de EEUU.
Parece de película. En fin. Usemos este caso, para re-pensar nuestra inteligencia, nuestras justicia, nuestro medios de información y a quién vamos a votar. Tengamos en cuenta, que sólo a los políticos podemos elegir y al resto, lo ligamos de rebote.



Fuentes: Todos los diarios y revistas que se puedan leer gratis por internet. Revista El Otro. Twitter y Facebook.


 06/02/2015